Covid-19: qué futuro nos espera

Coronavirus

Covid-19: qué futuro nos espera

Esta pandemia, igual que las anteriores, nos ha cogido desprevenidos a todos: a la comunidad científica, a los gobiernos, a las instituciones sanitarias, a la ciudadanía. Cuando aparecieron los primeros casos en China en diciembre de 2019, ni siquiera los mayores expertos en epidemiología y salud pública del mundo pudieron prever que ésta iba a ser la peor epidemia vivida en un siglo. No fue hasta la segunda semana de marzo cuando la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia.

El SARS-CoV-2, responsable de la pandemia actual, tiene un tiempo de incubación largo. Significa que contagia silenciosamente desde varios días previos a la aparición de síntomas. Y esto favorece su expansión. Una expansión que no cederá, según los expertos, hasta que un sesenta o setenta por cien de la población se haya inmunizado, bien de forma natural, bien mediante una vacuna.

Por otra parte, el estudio de epidemias anteriores por coronavirus, básicamente SARS y MERS, muestra que tienen perfiles diferentes a la actual y, por tanto, no es posible aprovechar la experiencia para hacer predicciones sobre esta crisis. Y no pudiendo utilizar esta experiencia, científicos del CIDRAP (Center for Infectious Disease Research and Policy) se han basado en pandemias anteriores de gripe para intentar predecir la evolución de la actual. Quede claro que la Covid-19 no es una gripe. Es verdad que ambas se contagian por vía respiratoria, que comparten unos pocos síntomas y que se expanden rápidamente por el mundo. Pero son diferentes. Sin embargo, la evolución que siguieron diversas pandemias de gripe en el pasado podrían servir de modelo para hacer predicciones sobre la Covid-19.

3 escenarios

Posibles escenarios propuestos por el CIDRAP

Previsiones del CIDRAP

Basándose en esta premisa, los científicos del CIDRAP opinan que esta pandemia puede durar entre 18 y 24 meses, hasta que exista una inmunidad de grupo suficiente. Según los datos que tenemos sobre la capacidad de transmisión del virus, para detener la pandemia se requiere que entre un 60% y un 70% de la población sea inmune, un porcentaje que aún estamos muy lejos de alcanzar.

El curso de la pandemia podrá verse alterado cuando dispongamos de una vacuna eficaz y podamos administrarla masivamente. Si bien algunas voces avanzan que en septiembre de 2020 podríamos disponer de una (informaciones que llegan de estudios avanzados en laboratorios de China y Reino Unido), existe un amplio consenso de que no será antes de 2021 cuando estemos en condiciones de usarla a gran escala.

Tampoco sabemos, de momento, qué duración pueda tener la inmunidad frente al SARS-CoV-2. No parece que tenga que ser de por vida pero, tal vez, con un poco de suerte, se alargue un año o algo más. Aún no lo sabemos.

Por todo ello y para intentar predecir qué futuro nos espera, los investigadores han propuesto tres diferentes escenarios con los que podríamos encontrarnos.

Primer escenario

En este escenario, la primera oleada que hemos sufrido esta primavera (flecha vertical en la imagen) se seguiría de una serie de brotes menos intensos, que se repetirían intermitentemente a lo largo de un año y medio o algo más, aunque disminuyendo en intensidad en algún momento de 2021. Este patrón podría variar según las zonas geográficas y en función de las medidas adoptadas para paliar los efectos de la pandemia.

Segundo escenario

En este caso, tras la primera oleada de pandemia (flecha vertical en la imagen) vendría otra ola de mayor intensidad hacia otoño-invierno de 2020, la segunda de varias de menor intensidad que reaparecerían a lo largo de 2021. Este escenario requeriría reinstaurar todas las medidas de mitigación para evitar colapsar los sistemas de atención sanitaria. Este patrón sería equivalente al que ocurrió con la pandemia de gripe de 1918 y es, de entre los tres, el más grave.

Tercer escenario

La primera oleada de primavera (flecha vertical en la imagen) se seguiría de pequeños brotes de poca intensidad y de patrón variable. Igual que en los casos anteriores, este escenario podría variar según la región geográfica y las medidas que se adoptaran para frenar las consecuencias. Este escenario no responde a ninguno observado en anteriores pandemias de gripe, pero los investigadores consideran que también es una posibilidad a contemplar. Esta situación, menos agresiva que las anteriores, probablemente no requeriría de grandes medidas de mitigación.

Comentario

Sea cual sea el escenario en el que finalmente nos encontremos, parece claro que la actividad del virus aún persistirá unos 18-24 meses más, durante los cuales habrá épocas de relativa tranquilidad intercaladas de brotes de mayor actividad. Es posible que la actividad viral se acomode a una cierta estacionalidad y también que, con el tiempo, vaya perdiendo agresividad. Es probable que diferentes áreas geográficas muestren patrones variados. En cualquier caso, tanto las medidas destinadas a mitigar los efectos, como la esperada vacuna, son los factores que más influirán en la evolución y finalización de la pandemia.

Y de momento, recuerde: mantenga la distancia con otras personas (no menos de 2 metros), lávese las manos una y otra vez, y use una mascarilla cuando salga de casa.

Referencia:

Moore K, Lipsitch M, Barry J, et al. The Future of the COVID-19 Pandemic: Lessons Learned from Pandemic Influenza. COVID-19: The CIDRAP Viewpoint. University of Minnesota. April 30, 2020.

 

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