¿Qué ejercicio es mejor contra el envejecimiento?

Ejercicio físico

¿Qué ejercicio es mejor contra el envejecimiento?

Que hacer ejercicio es saludable y conveniente ya nadie lo duda. Pero a la hora de valorar su efecto sobre el envejecimiento, ¿cualquier ejercicio vale? ¿es mejor uno que otro? Esto es lo que han estudiado científicos de la Universidad de Leipzig, Alemania, y publicado en la revista European Heart Journal. Y los resultados no nos deberían dejar indiferentes: no todo ejercicio tiene los mismos efectos sobre el envejecimiento.

¿Cómo se ha planteado el estudio?

Se seleccionaron 266 individuos jóvenes y sanos, pero físicamente poco activos. Se distribuyeron aleatoriamente en tres grupos, más un cuarto que actuó de control. Al primero de los grupos se le asignó un régimen de ejercicios aeróbicos consistentes en correr de forma continuada, durante 45 minutos, tres veces a la semana. Al segundo, se le indicó el mismo tipo de ejercicio, pero en modo de intervalos de alta intensidad. El tercer grupo hizo ejercicios de fuerza (o resistencia) en un circuito de ocho máquinas de gimnasio, durante el mismo tiempo que los anteriores. Finalmente, al grupo de control se le pidió que siguiera con su actividad y dieta habituales. El estudio se prolongó durante seis meses y lo completaron 124 participantes.


La primera pregunta que surge es ¿cómo puede medirse el envejecimiento en un estudio que dura tan solo seis meses? ¿Acaso se puede ver alguna diferencia en tan poco tiempo? La respuesta es que sí se puede. Y la clave está en unas mediciones que tienen que ver con nuestro ADN.

Telómeros y actividad telomerasa

Telómeros

Cromosomas humanos (en gris) y los telómeros en cada extremo (en blanco). U.S. Department of Energy Human Genome Program [Public domain], via Wikimedia Commons

El ADN en cada una de nuestras células está repartido en 23 pares de fragmentos que conocemos con el nombre de cromosomas. Cada extremo de ellos contiene una protección para evitar fusiones o roturas del ADN. Estas protecciones son las que conocemos como telómeros. Los telómeros son, en esencia, una secuencia de ADN, repetitiva y carente de genes.

Cada vez que una célula se divide, se divide también su ADN, pero los telómeros no lo hacen a la perfección, sino que en cada división se pierde un pequeño fragmento de su extremo. Y después de unas 50 o 60 divisiones, los telómeros se han acortado casi totalmente. En este momento, al peligrar la protección del ADN, se pone en marcha un mecanismo que detiene la división celular. Decimos entonces, que la célula ha entrado en fase de senescencia replicativa. Y, como existe una relación entre la vida de la célula y la longitud de sus telómeros, ésta puede usarse como marcador del envejecimiento.

Por otro lado, existe una enzima, la telomerasa, capaz de regenerar los telómeros y aumentar nuevamente su longitud. Puede considerarse que la telomerasa ejerce un efecto rejuvenecedor de la célula.

Bien, pues estos son los parámetros que se utilizaron para medir el envejecimiento en el estudio que cito: longitud de los telómeros y actividad de la telomerasa.

¿A qué conclusiones se ha llegado?

Se midieron la longitud de los telómeros y actividad telomerasa en los leucocitos , al inicio del estudio y al completar los seis meses de la investigación. Las conclusiones no dejaron lugar a dudas: el ejercicio aeróbico, tanto en su modalidad continua como en la de intérvalos, aumentó la longitud telomérica y la actividad telomerasa. En cambio, no se vió ningún cambio en el grupo que efectuó ejercicios de fuerza ni, por descontado, en el grupo de control.

Este resultado confirma que el ejercicio aeróbico —pero no el de fuerza— es capaz de influir positivamente en la regeneración y en el envejecimiento celular. Quizá suene exagerado decir que, por extrapolación, el ejercicio aeróbico frena el envejecimiento en organismos enteros, en los humanos, por así decirlo. Pero, de un modo u otro, es probable que ejerza cierta influencia en este sentido.

Aunque ya era conocida la correlación entre la longitud telomérica y el envejecimiento saludable, el presente estudio supone un avance porque es el primero que se efectua de forma prospectiva y aleatorizada con este número de voluntarios. Y, por tanto, los resultados tienen una validez superior.

Así pues, el ejercicio de fuerza debería ser complementario y no sustitutivo del aeróbico, si queremos velar por un envejecimiento más saludable. Hará falta continuar este tipo de estudios para seguir evaluando los resultados. Pero, con toda probabilidad, las conclusiones apuntarán en esta misma dirección.

Referencia:

Werner CM, Hecksteden A, Morsch A, et al. Differential effects of endurance, interval, and resistance training on telomerase activity and telomere length in a randomized, controlled study. European Heart Journal, ehy585, November 2018, https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehy585

 

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